Giordano Bruno
(Felipe Bruno, más conocido por su nombre religioso,
Giordano; Nola, 1548 - Roma, 1600) Filósofo italiano. Es uno de los personajes
más trágicos de la historia de Italia, donde, por espacio de dos siglos, o sea
hasta el "Risorgimento", quedó relegado, aun cuando sólo en
apariencia, al olvido.
A los catorce años fue enviado a Nápoles a estudiar, y en
1565 ingresó como novicio en el convento de Santo Domingo; ordenado sacerdote
en 1572, se doctoró en teología en 1575. En los cenobios, donde permaneció
hasta los veintiocho años, se interesó con pasión en problemas de exégesis
bíblica, y, sobre todo, en la posibilidad de concordar la teología cristiana
con el emanatismo neoplatónico. En este aspecto consideró a las tres
"personas" de la Trinidad como otros tantos atributos (poder,
sabiduría y amor) del único Dios. Dios, en calidad de Mente, se halla sobre la
naturaleza; en cuanto intelecto, Dios es sembrador en la naturaleza; y, en
cuanto Espíritu, Dios es la misma alma universal.
Huido de Nápoles a causa de un proceso de herejía incoado
contra él, y de Roma por temor a verse acusado de un asesinato en el que
ninguna culpabilidad tenía, llegó primeramente a Liguria; luego estuvo en
Turín, después en Venecia, donde publicó su primer libro, actualmente perdido,
y, sucesivamente, en Bérgamo, Saboya y Ginebra. Acogido en esta ciudad por un
adepto napolitano del calvinismo e inscrito en la universidad y la iglesia de
esta secta, se rebeló muy pronto contra sus maestros, y fue privado de la Santa
Cena.
Al cabo de poco tiempo se dirigió a Francia; aquí desempeñó
una cátedra en Toulouse durante dos años, y luego se trasladó a París, donde
ofreció al rey Enrique III De las sombras de las ideas, uno de los textos de
mnemotécnica que Giordano Bruno hizo imprimir en la capital francesa durante su
primera estancia en la ciudad. Profesor extraordinario en París, la indocilidad
de los estudiantes le indujo a seguir a Inglaterra al embajador de Francia en
la corte de Isabel.
Los dos años y medio pasados entre Oxford y Londres se
cuentan entre los más importantes de su vida, por cuanto entonces compuso y
publicó las dos trilogías de los Diálogos italianos. Lo mismo que había sido
también El Candelero, obra aparecida anteriormente en París, La Cena del
Miércoles de Ceniza resulta aún casi una comedia, y describe una cena celebrada
en la casa de un gentilhombre londinense la noche del Miércoles de Ceniza. De
la causa, principio y uno, hoy la obra más leída de Giordano Bruno, trata de
fundar la nueva "filosofía nolana" proponiendo el concepto de una
materia viviente que se da ella misma infinitas formas abandonadas luego
paulatinamente. Del infinito universo y mundos critica la física y la
cosmología aristotélicas, que sustituye por una idea del universo infinito en
su extensión y el número de mundos (los astros) que lo integran.
La segunda trilogía, la Expulsión de la bestia triunfante,
es una comedia mitológica en la que los dioses resuelven hacer penitencia,
ahuyentan del cielo a osas y escorpiones y los reemplazan por los signos de las
virtudes. En La cábala del caballo Pegaseo y del asno Cilémicose da una sátira
de la "santa asnalidad", o sea de la humildad y la sencillez
recomendadas por el cristianismo. Los Heroicos furores exaltan, en verso y prosa,
el amor de la inteligencia para el objeto divino, que es la verdad.
Al regresar a Francia, Giordano Bruno empezó a exponer y a
criticar las obras de Aristóteles. Nuevos "tumultos" de estudiantes
le llevaron a Alemania, donde publicó los tres poemas latinos compuestos
mientras tanto y que integran el segundo grupo de sus textos más ilustres. Del
mínimo propone el concepto del mínimo físico, el átomo, y del matemático, el
punto, entendido cual la esfera más pequeña posible, De la mónada, que resulta hasta
cierto punto similar a los escritos mágicos del autor, muestra la conversión de
la unidad en dualidad y sus posteriores complicaciones que dan lugar a la
tríada, la tétrada, etc., hasta llegar a la década. De lo inmenso y de los
innumerables reanuda el tema que se halla en Del infinito con una nueva
conciencia de los progresos contemporáneos de la astronomía, campo en el cual
destacaba Tycho Brahe.
Invitado por Juan Mocenigo, quien quería aprender de él la
mnemotécnica y quizá también la magia, Giordano Bruno marchó a Venecia; pero
aquél, no satisfecho de la enseñanza y molestado por los discursos heréticos de
su huésped, le denunció al Santo Oficio. Conseguida por la Inquisición romana
la extradición, Giordano Bruno fue encarcelado, interrogado por los
inquisidores y, finalmente, condenado a una muerte cruel.
Se ha considerado a Giordano Bruno símbolo del pensamiento
libre rebelado frente al dogma religioso: vuelve alegremente al naturalismo
antiguo "renacido" en los nuevos tiempos, sostiene sus opiniones en
todos los países de Europa y ante los poderosos y doctos y, finalmente, después
de ocho años de cárcel, prefiere la muerte a la retractación. Bajo este
aspecto, aparece como héroe sublime de una humanidad resuelta a reivindicar y
defender a costa de la vida el derecho a pensar de acuerdo con una razón
autónoma y meramente filosófica.
En honor a la verdad, sin embargo, debe tenerse en cuenta
que Giordano Bruno se ordenó, según él mismo dijo a la Inquisición véneta,
cuando ya su mente estaba invadida por muchas dudas acerca de los máximos
dogmas (Trinidad y Encarnación) y se veía inclinada a una interpretación
racionalista y naturalista de ellos; que nunca fue perseguido en los países
católicos transalpinos por haber huido de un convento ni por sus ideas; y que
al regresar a Italia proclamaba abiertamente no haber de temer nada de la
Inquisición y estar resuelto a volver al "gremio de la Iglesia
católica". Los debates acerca de esta figura se hallan muy lejos de tocar
a su fin; de todas formas, nadie puede discutir el valor del entusiasmo mental
con que Giordano Bruno cantó como divina la infinita fecundidad de formas de la
naturaleza.
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