Las fuerzas peruanas acantonadas en el Morro de Arica estaban, casi, cercadas por la tropa chilena. Habíamos perdido Tarapacá, al sur, y también habíamos perdido Tacna, al norte. Los restos de la tropa peruana de aquellas batallas en vez de engrosar o ayudar a la de Arica se habían replegado ha Moquegua y Arequipa.
Francisco Bolognesi, coronel a cargo del bastión , cercado la bahía por la marina chilena, éstos, estaban dispuestos a fogonear a las primera embarcación peruana (habían pequeñas) que hubiera querido salir, Solo le quedaba a Bolognesi replegarse , aún lo podía, hacia el este donde había un declive de terreno arenoso.Huir, como un cobarde.Cuando llegó el emisario chileno condolido de nuestra pobre defensa sugirió y después conminó rendirse a Bolognesi pero éste , previo acuerdo con su plana mayor:Joaquín Inclan, Marcelino Valera, Alfonso Ugarte, Juan Pablo Ayllón, Roque Saenz Peña -después, condonado por ser de otro país y llegó a ser presidente de Argentina - y otros , se negó rendirse y profirió Bolognesi la frase celebre:..Defender el Morro hasta el último cartucho.
-¡Ah, bueno¡ yo solo cumplo con avisarles- habría dicho,mas o menos, displicente, el emisario chileno y se volvió.
El 7 de junio,muy temprano, empezaron a bombardear la bahía y pronto tomaron posición física de la rada , algunos almacenes y casas barriendo a cuanta alma se moviera. Bolognesi encaramado al Morro con sus hombres daban por segura su pérdida pero se obstinaron defender la patria hasta el último aliento
En ese ínterin, con sus prismáticos esperanzado que las fuerzas del norte llegaran en su ayuda , Bolognesi vio aparecer por el este ,por los meandros de desierto un punto que se se va acercando.No era un carruaje de acémilas Parecía tener mas velocidad Algo raro en esos tiempos Limpia el lente del largavista y ve, en efecto, que se desplaza hacia ellos, e , iza la bandera peruana ¿ De dónde diablos ha salido? se pregunta. Parece un panqueque que se mueve, dice su segundo. Nadies opta dar una respuesta clara.Era un solo móvil. Cuando más se acercaba, notó que su capacidad de vadeo era alta.Pasaba, como si nada, las zanjas, trepaba los montículos y depresiones del terreno con una cinta ferrosa que fungia de ruedas.Se arrastraba como un reptil acerado No se detuvo en la base posterior del Morro, siguió hasta la explanada,del lado de la bahía, donde los chilenos se habían formado luego de capturar el puerto y esperaban órdenes para escalar el Morro. Estos, después de reponerse de la sorpresiva maquina rastrera de fierro, al notar la bandera peruana sobre la torreta dispararon sobre él, por gusto, el animal seguía Nada le detenía.Entonces notaron: del único torreón emergió , o se adaptó porque estaba plegado, un cañón de mas o menos ,metro y medio de largo con un boca que empezó a vomitar fuego contra las tropas chilenas a quienes batió un buen número de contingentes y el resto huyó en estampida , muchos, asustados ante el buf... buf ,que resoplaba la caja blindada Luego, éste, enfiló hacia el maderamen del espigón y , dejo estupefacto a los que notaron, la torre de la máquina empezó a girar y apuntar su cañón sobre los barcos chilenos que nos sitiaban hundiendo a su nave insignia y huyendo el resto en mal estado La soldadesca peruana al ver que el sino estaba a nuestro lado bajaron del Morro y blandieron a sablazo limpio a cuanto chileno encontraban. Triunfo completo.
Solo que , yo, sentado dentro del tanque ante el gozo de triunfo vi con pavor que el tablado del espigón no soportaba más el peso y fui succionado al fondo del mar.
Cuando desperté, asustado, estaba mojado.
¡Que casualidad¡ , pienso después,sentado en mi cama con la luz prendida, la laptop sobre mi regazo dispuesto a trasvasar este sueño irreal se da ,hoy, en nuestras fiestas patrias .
viernes, 29 de julio de 2011
martes, 26 de julio de 2011
Tragedia y Reignauración el Estadio
Aquel venticuatro de mayo de mil novecientos sesenticuatro
mi padre que solía trabajar los domingos medio día
vino presuroso almorzar a casa y preguntó a mi madre
"¿dónde esta mi Chendo?¡le voy a llevar al futbol¡"
Yo no estaba en casa, jugaba a la pelota
en el campo Barbones con mis amigos de barrio
y no le había dicho a mamá el lugar,solo que salia;
entonces, mi padre se fue sin mi, al estadio, temprano,
y poder alcanzar una entrada. Iba jugar Perú vs. Argentina
y poder alcanzar Perú una plaza para las olimpiadas,
necesitabámos sólo un empate para los pasajes a Tokio
pero fue Argentina quién nos adelantó un gol
y lo mantenía hasta el último minuto del partido
cuando Lobatón, puntero izquierdo peruano,
mete el ansiado gol y el estadio vuélvese un loquerío
pero no contaban con el pito del árbitro Pazos
(¡cómo un sólo pitazo puede cambiar el sino de muchos¡)
anuló nuestro gol por posición adelantada.
Todo el público rechifló la sanción por errónea
y entre ellos el negro Bomba saltó el alambrado
a tratar de pegar al árbitro, cosa que no consiguió
porque fue vareado por los policías de resguardo;
entonces, la tribuna baja amagó entrar al campo
y la policía de asalto echó mano a las bombas:
y la gente por huir del gas lacrimógeno
se lanza frenético hacia las puertas de salida:
(éstas, empiezan con los escapes en la tribuna
se baja la escalera empinada hasta la puerta calle)
pero las hallan cerradas y ese grueso de gente
es aplastada por la siguiente avalancha
Mi padre es de carácter apacible. bueno,
núnca ha gustado denostar desaforadamete
aún aprovechando un tumulto para gritar;
al ver que el árbitro no iba cambiar su decisión
se propuso salir pero nadies se movía
en la tribuna norte, alta, donde él estaba,
los espectadores llenaban los pasadizos.
Cuando la policía empezó con lo del gas
éste se expande rápidamente a las populares
(las tribunas preferenciales salieron indemnes,
¿porqué será, lo sencillo siempre tiene la de perder?)
y mi padre en ves de bajar a la puerta de salida
toma la que conduce a los sanitarios,
para echarse agua a los ojos que le lagrimeaban
pero el gas invadió todos los recintos, por lo que.
se subió a un inodoro y con la cabeza al hueco de la ventana
respiraba el aire que daba a la explanada norte;
en esos avatares calculó como media hora para, luego. salir
y se dispuso a bajar por las escaleras con los rezagados.
Pero los guardias impidieron utilizarlas porque sabían
el desastre que habían ocasionado, pero callaban;
exigieron , bajaran al campo por el destruido alambrado
lo cruzaran y salieran por la puerta principal.
Así lo hizo mi papá ignorando la gravedad del asunto.
Mi madre, escuchando su música vernácula en la radio
mientras planchaba mi uniforme para el día siguiente
se vio interrumpido por un flash de último minuto:
¡Siete muertos en el estadio nacional por un partido...¡;
entonces, dejó todo cuanto hacia y bajó del cerro
hasta la parte baja, al paradero de la linea veintiséis.
la última cuadra de la avenida Veintiocho de julio
a esperar, ansiosa y nerviosa a su marido
Cuando llegó y él se apeó delante de ella
(hubiese querido yo transportar el espacio-tiempo
y ser espectador, unos segundos, de ese entrañable encuentro)
se sorprendió verla y pregunto"¿ qué haces aquí?"
y ella con voz suave, cariñosa como susurro dijo:
-¿Nico, qué pasó en el estadio?
-Nada, perdió Perú ¡ árbitro de miércoles..¡
-¿No sabes que han muerto siete personas?
-No, yo no he visto nada ...
Cuando llegaron a la casa oyeron por la radio:
¡Treinta muertos en el estadio¡( ya no eran siete)
e iba en aumento, cuarenta... cincuenta;
entonces. mi padre recién empezó a tiritar de miedo
conforme iba aumentando las cifras se puso a llorar
y agradecía al Señor de Cachuy no haber bajado las escaleras
Y no repararon en mi que podía haber ido al estadio.
Mi madre me vio salir con pelota y mi amigo Jhony
podía haber dejado la bola, por ahí , e irme con Jhony al estadio
pero sabían, a mis trece años no salia del perímetro del barrio,
para salir había que tener dinero, no tenia. esto fue y no lo otro.
Cuando llegué a las ocho de la noche pensé que me iban a regañar
pero estaban tan afligidos que me informaron lo que ya sabia:
venía escuchando en la pampa. en la subida, a los vecinos.
¡Ochenta... noventa... y pasaban de cien , los muertos¡
Temerosa mi madre que su hermano menor haya ido al estadio
fue a su casa, vivía en la primera cuadra de Antonio Bazo
casi frente a la puerta de emergencia del Hospital Dos de mayo,
encontró a su cuñada que le dijo"No ha ido al estadio
pero ha ido a curiosear a la puerta de emergencia"
A los pocos minutos llega él. ensangrentado la camisa
-"¡Qué pasó Leoni ¡¿porqué vienes así?- preguntaron las mujeres-
-Nada-respondió-sino que no se daban abasto en el hospital
y tenia que ayudar bajar los muertos,¡ al hombro¡,de las ambulancias.
Murieron esa fatídica tarde cerca a ¡cuatrocientas personas¡
Antes de ayer se reinauguró el Estadio Nacional de Lima
y esta remenbranza triste se me viene al punto
como si estuviera a flor, en la poza del subconsciente;
el autor de mis días está postrado en cama un año
no habla, no ve, sólo dos catéteres le mantienen en vida;
aunque parece, a ratos, escuchara Le cuento la remodelación del estadio
la pantalla led en una tribuna,las suites que están en venta
las luces inteligentes que centellan más cuando la ovación es mayor
"Han quitado-le digo- la fosa circundante alrededor del campo
para que el público, como en Europa. esté cerca al gramado..."
Entonces. mi padre empieza a temblar, recuerda y balbucea miedos
(que torpe he sido) le abrazo y le digo que estoy exagerando
pero unas lágrimas bajan perezosamente por sus mejillas.
mi padre que solía trabajar los domingos medio día
vino presuroso almorzar a casa y preguntó a mi madre
"¿dónde esta mi Chendo?¡le voy a llevar al futbol¡"
Yo no estaba en casa, jugaba a la pelota
en el campo Barbones con mis amigos de barrio
y no le había dicho a mamá el lugar,solo que salia;
entonces, mi padre se fue sin mi, al estadio, temprano,
y poder alcanzar una entrada. Iba jugar Perú vs. Argentina
y poder alcanzar Perú una plaza para las olimpiadas,
necesitabámos sólo un empate para los pasajes a Tokio
pero fue Argentina quién nos adelantó un gol
y lo mantenía hasta el último minuto del partido
cuando Lobatón, puntero izquierdo peruano,
mete el ansiado gol y el estadio vuélvese un loquerío
pero no contaban con el pito del árbitro Pazos
(¡cómo un sólo pitazo puede cambiar el sino de muchos¡)
anuló nuestro gol por posición adelantada.
Todo el público rechifló la sanción por errónea
y entre ellos el negro Bomba saltó el alambrado
a tratar de pegar al árbitro, cosa que no consiguió
porque fue vareado por los policías de resguardo;
entonces, la tribuna baja amagó entrar al campo
y la policía de asalto echó mano a las bombas:
y la gente por huir del gas lacrimógeno
se lanza frenético hacia las puertas de salida:
(éstas, empiezan con los escapes en la tribuna
se baja la escalera empinada hasta la puerta calle)
pero las hallan cerradas y ese grueso de gente
es aplastada por la siguiente avalancha
Mi padre es de carácter apacible. bueno,
núnca ha gustado denostar desaforadamete
aún aprovechando un tumulto para gritar;
al ver que el árbitro no iba cambiar su decisión
se propuso salir pero nadies se movía
en la tribuna norte, alta, donde él estaba,
los espectadores llenaban los pasadizos.
Cuando la policía empezó con lo del gas
éste se expande rápidamente a las populares
(las tribunas preferenciales salieron indemnes,
¿porqué será, lo sencillo siempre tiene la de perder?)
y mi padre en ves de bajar a la puerta de salida
toma la que conduce a los sanitarios,
para echarse agua a los ojos que le lagrimeaban
pero el gas invadió todos los recintos, por lo que.
se subió a un inodoro y con la cabeza al hueco de la ventana
respiraba el aire que daba a la explanada norte;
en esos avatares calculó como media hora para, luego. salir
y se dispuso a bajar por las escaleras con los rezagados.
Pero los guardias impidieron utilizarlas porque sabían
el desastre que habían ocasionado, pero callaban;
exigieron , bajaran al campo por el destruido alambrado
lo cruzaran y salieran por la puerta principal.
Así lo hizo mi papá ignorando la gravedad del asunto.
Mi madre, escuchando su música vernácula en la radio
mientras planchaba mi uniforme para el día siguiente
se vio interrumpido por un flash de último minuto:
¡Siete muertos en el estadio nacional por un partido...¡;
entonces, dejó todo cuanto hacia y bajó del cerro
hasta la parte baja, al paradero de la linea veintiséis.
la última cuadra de la avenida Veintiocho de julio
a esperar, ansiosa y nerviosa a su marido
Cuando llegó y él se apeó delante de ella
(hubiese querido yo transportar el espacio-tiempo
y ser espectador, unos segundos, de ese entrañable encuentro)
se sorprendió verla y pregunto"¿ qué haces aquí?"
y ella con voz suave, cariñosa como susurro dijo:
-¿Nico, qué pasó en el estadio?
-Nada, perdió Perú ¡ árbitro de miércoles..¡
-¿No sabes que han muerto siete personas?
-No, yo no he visto nada ...
Cuando llegaron a la casa oyeron por la radio:
¡Treinta muertos en el estadio¡( ya no eran siete)
e iba en aumento, cuarenta... cincuenta;
entonces. mi padre recién empezó a tiritar de miedo
conforme iba aumentando las cifras se puso a llorar
y agradecía al Señor de Cachuy no haber bajado las escaleras
Y no repararon en mi que podía haber ido al estadio.
Mi madre me vio salir con pelota y mi amigo Jhony
podía haber dejado la bola, por ahí , e irme con Jhony al estadio
pero sabían, a mis trece años no salia del perímetro del barrio,
para salir había que tener dinero, no tenia. esto fue y no lo otro.
Cuando llegué a las ocho de la noche pensé que me iban a regañar
pero estaban tan afligidos que me informaron lo que ya sabia:
venía escuchando en la pampa. en la subida, a los vecinos.
¡Ochenta... noventa... y pasaban de cien , los muertos¡
Temerosa mi madre que su hermano menor haya ido al estadio
fue a su casa, vivía en la primera cuadra de Antonio Bazo
casi frente a la puerta de emergencia del Hospital Dos de mayo,
encontró a su cuñada que le dijo"No ha ido al estadio
pero ha ido a curiosear a la puerta de emergencia"
A los pocos minutos llega él. ensangrentado la camisa
-"¡Qué pasó Leoni ¡¿porqué vienes así?- preguntaron las mujeres-
-Nada-respondió-sino que no se daban abasto en el hospital
y tenia que ayudar bajar los muertos,¡ al hombro¡,de las ambulancias.
Murieron esa fatídica tarde cerca a ¡cuatrocientas personas¡
Antes de ayer se reinauguró el Estadio Nacional de Lima
y esta remenbranza triste se me viene al punto
como si estuviera a flor, en la poza del subconsciente;
el autor de mis días está postrado en cama un año
no habla, no ve, sólo dos catéteres le mantienen en vida;
aunque parece, a ratos, escuchara Le cuento la remodelación del estadio
la pantalla led en una tribuna,las suites que están en venta
las luces inteligentes que centellan más cuando la ovación es mayor
"Han quitado-le digo- la fosa circundante alrededor del campo
para que el público, como en Europa. esté cerca al gramado..."
Entonces. mi padre empieza a temblar, recuerda y balbucea miedos
(que torpe he sido) le abrazo y le digo que estoy exagerando
pero unas lágrimas bajan perezosamente por sus mejillas.
viernes, 22 de julio de 2011
Alcalá
Mi vida ha pasado ante mis ojos
como quién sentado en la sala
de espera de mi tienda vacía
apoyado al alféizar de la ventana,
ve diluirse el día cinabrio; y se lamenta
más o menos así:
A la torre de Alcalá ya no iré nunca,
ni en góndola veneciana atravesaré el canal
llevaré la ilusión de mi vida al arcano
tal vez ahí descubra lo que aquí no hallé;
además diré:
ni frotándome el alma se entibia mi cuerpo
además corroboraré
ni acabarme, una tarde, se dignó la bala
cuando entraron asaltarme.
como quién sentado en la sala
de espera de mi tienda vacía
apoyado al alféizar de la ventana,
ve diluirse el día cinabrio; y se lamenta
más o menos así:
A la torre de Alcalá ya no iré nunca,
ni en góndola veneciana atravesaré el canal
llevaré la ilusión de mi vida al arcano
tal vez ahí descubra lo que aquí no hallé;
además diré:
ni frotándome el alma se entibia mi cuerpo
además corroboraré
ni acabarme, una tarde, se dignó la bala
cuando entraron asaltarme.
Un asiento para dos
Una pareja de jóvenes enamorados sube al bus
sus ojos reparan con avidez un asiento para dos
todos ocupados van aunque hay unos disparejos
Ocupan , con pena, asientos distantes
estiran sus brazos, aun así, para tocarse
entornando sus miradas en mutua adoración.
Atentos esperan alguien se levante
y quede libre un asiento bipersonal
y lo ocupen, como así iba a suceder
Se detuvo el carro porque alguién bajó;
se levantaron de inmediato para ocupar
pero otro que subía por la puerta de atrás
les ganó sin saber la necesidad que tenían
Por el chasco se ríen y menean la cabeza
prefieren , ora, viajar parados y abrazados
besándose contándose sus cositas
sin importarles le mire los pasajeros
Yo, observador de cosas pequeñas
de impelente significado,
en la parte posterior sentado
a la ventana pegado
miro a través de ésta
mi archivo personal
si con alguna fulana
me pasó algo parecido
y el trayecto al trabajo
se me va haciendo menos aburrido.
sus ojos reparan con avidez un asiento para dos
todos ocupados van aunque hay unos disparejos
Ocupan , con pena, asientos distantes
estiran sus brazos, aun así, para tocarse
entornando sus miradas en mutua adoración.
Atentos esperan alguien se levante
y quede libre un asiento bipersonal
y lo ocupen, como así iba a suceder
Se detuvo el carro porque alguién bajó;
se levantaron de inmediato para ocupar
pero otro que subía por la puerta de atrás
les ganó sin saber la necesidad que tenían
Por el chasco se ríen y menean la cabeza
prefieren , ora, viajar parados y abrazados
besándose contándose sus cositas
sin importarles le mire los pasajeros
Yo, observador de cosas pequeñas
de impelente significado,
en la parte posterior sentado
a la ventana pegado
miro a través de ésta
mi archivo personal
si con alguna fulana
me pasó algo parecido
y el trayecto al trabajo
se me va haciendo menos aburrido.
martes, 19 de julio de 2011
Falta mucho para la hora
Para las siete y cuarenta
y cinco de la noche falta mucho
Apenas son menos de las diez de la mañana
Esta ansiedad por ver un
partido de fútbol es el pago
A tantos años de
frustración,
Si, tantos, trece años, sin llegar a una semifinal –copa américa-
Casi treinta años sin
ir al mundial; che, no soy argentino
Estos no nos entienden a
cada rato van ellos, su problema es ganar el mundial
Soy peruano, de los conos
donde el fútbol es nuestra distracción;
Como decía Tongo en su
música cerril " sufre peruano, sufre"
Nos estamos acostumbrando
a esa tonada
Aunque tenemos el consuelo: Lolo, Toto, Cubillas Algo es algo
No somos Venezuela que
recién entra a tallar
No tiene pasado en
hazañas de fútbol. Nosotros sí
Colombia aprendió fútbol
de Magallanes, Cueto, por ejemplo,
A Ecuador siempre le goleábamos
y con suplentes
Nosotros si tenemos legajo
que tendemos añorar
Es por eso, a mis sesenta años espero la gloria vuelva
Sí, es cierto, gocé con México 70, 78, el 82
¡Pero mis hijos!, y los millones
de jóvenes sobrinos ¡Nada, no tienen ese placer!
¡Quieren ver a nuestra selección en un mundial
¡Ya es hora carajo! O, por lo menos ganar la Copa América
Sé también, muchos
peruanos defenestran nuestro fútbol
Cansados ver la esperanza quebrada repetidas veces
Lo mandaron al diablo
hace rato, ora allanan otras distracciones
¿Quién no ha tenido como
compañero de clases un mongo
o un chancón que no
quería saber nada de fútbol?
Ellos pues son hijos de algunas
familias que no quieren saber nada de
ello
En mis hijos, incluso,
hay uno que prefiere quemar pestañas
estudiando
que cuando gritamos (a
mis otros hijos si les gusta) nuestro
gol
reniega y dice "¡Cállense
,caramba, dejen estudiar!"
Son los genes de la frustración
que vienen volando
Mi hija , del segundo
piso, dice “¡No hablen lisura!”
Cuando con nuestros goles
nos sale el callejón
Todo se lo debo a mi
padre que de niño me llevaba al estadio,
Desde la última cuadra de
la avenida Veintiocho de julio, La Victoria,
Tomábamos la línea 22, buses
azules de la GM,
Nos bajábamos en la
avenida Manco Cápac
-Había un cordón policial
que no dejaba pasar los carros-
y de allí mi
padre empezaba a correr jalándome de su brazo
por la amplia vereda de
la plaza hasta alcanzar la calle José Gálvez
Entrada en mano, las
gradas subíamos apurados
(No sé porque tanto apuraba si aún faltaba una hora
Es que todos se apuraban y nosotros hacíamos
igual)
Entonces me
bañaba de luz los reflectores que apuntaban al campo
Paño verde, mesa de
billar parecía, me encandiló la retina para siempre
Pobre mi viejo, no por lo pobre tenía su
casita de varios pisos
Sino por la postración que pasa con la sonda
naso gástrica
Sus alimentos y otra
sonda que le desagua la orina,
Pobre mi viejo, tanto
gustaba ver fútbol por televisión hasta
hace un año
Se quedó ciego, le dio derrame,
tarjeta roja a su juicio
Ayer llegué a su casa y
le dije: ¡Papá, Papá ganó Perú a Colombia!
¡Pasamos a semifinales! Nada,
nada, está en otro mundo
Por eso, Guerrero, Vargas
y los otros, rájense por el Perú
Ganen la Copa América,
tal vez, así, mi padre vuelva a la vida…
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