- Voy a bajar aquí, dijo el pasajero del taxi aprovechando que el carro en el carril de la izquierda, parado, esperaba el cambio de luz del semáforo
- No baje aun, respondió el chofer,
Pero fue tarde, el pasajero ya había salido
El policía de la esquina había visto la infracción Tocó el pito para que el taxista se aparcara a la derecha y recibiera la notificación
De nada le valió las explicaciones, el policía se disponía a escribir la papeleta e hizo el comentario
-Te va costar caro
El taxista intuyó la indirecta y le ofreció diez soles
-Veinte si quieres
- Esta bien
- Pero no me los des a mí- aclaró el policía-. al llegar a la esquina hay una señora que vende periódicos y gaseosas en su kiosco ¿ves? a ella le das
- Muy bien jefe , dijo el taxista y se despidió
Entonces salió a flote la criollada, cansado que los policías mermara sus ingresos
Ya ,en el kiosco, dijo a la señora, joven, que parecía su querida
-Señora , Buenas tardes Al oficial le he dado un billete de cincuenta y
Me ha dicho que usted me va dar el vuelto
La señora se quedó sorprendida
-Pregúntale si quiere, le dijo el taxista
La señora estiro la cabeza sobre el mostrador preguntando -haciendo señas con el brazo si era conforme-
El oficial asintió de lejos
El taxista recibió los treinta soles y puso en primera
Este taxista en sus ratos libre era cobrador de una empresa que me proveía mercadería y lo contaba cada vez que había oportunidad de alegrar el rato
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